Columna de opinión hecha por: Yanina Bravo
Si las calles y los pasillos de las universidad hablaran, y/o sintieran habría que internar la infraestructura de la universidad en una centro asistencial psiquiátrico, y ¿entonces existiría la universidad? ¡Qué figura literaria tan cruel y rara! ¿No pudiste utilizar otra Yanina? Pero así es, los pasillos de las universidades guardan tantas cosas que las bocas de los universitarios y directivos se convierten en esos personajes antagónicos que nadie quiere ver en las novelas y películas.
El problema de salud mental en los contextos universitarios es un problema de estructura, es un problema de cabeza, que hace que el cuerpo, siendo los estudiantes ese cuerpo, se desplome en bienestar.
En los contextos universitarios, vemos de todo tipo de problemáticas, un factor protector entre un millón de factores de riesgos, el elegir entre los pasajes de la semana o la comida, el elegir satisfacer las expectativas de los papas que las necesidades del estudiante, el tener que corresponder a todo bien, porque sino la subestimación llueve y entonces aparecen los fantasmas asesinos que dicen:
“Claro, como es joven, no sabe lo que es la vida” “Son una generación de cristal, que no se les puede decir nada” “En mis tiempos, esas bobadas de psicología no existían y nadie se mataba” “Cuando ami me toco fue peor, y ustedes llorando y quejándose por cualquier pendejada”.
Efectivamente, se nota a simple vista que en sus tiempos no existia la psicología, y/o era algo de lo que todos se mofaban, en su discurso es evidente, porque la construcción de lo que hoy en dia los jovenes son, inmersos en las cifras alarmantes de suicidio son resaltados en las lineas generacionales que en vez de sanar, lo que han hecho es desvalorizar.
Y no se trata de culpabilizar a los papás, ellos también son el resultado de lo que la sociedad y sus familias hicieron en su tiempo, se trata de hacer una intervención tan trascendental, donde se pueda saber la importancia crucial de casa como un factor protector, rompiendo todo estigma que se va creando a través de los años, en medio de un camino tan decisivo y rocoso como lo es el camino de la juventud y la vida universitaria. Hay un dato que es crucial revisar, entre las personas que se suicidan, según la OMS, la población que más lo hace y más vulnerables son los jóvenes de 15 a 19 años . Según cifras del DANE en el 2021 se llevaron a cabo 2.962 suicidios en Colombia.
La necesidad psicoafectiva, instrucción ideal, identificación de señales de alerta, aun dentro de la monotonía de un estudiante universitario, y el abordaje de sus esquemas de obligaciones y compromisos establecidos, es trasendental para la mitigacion del suicidio, la academia debe ser un espacio de libertad y de calidad, un espacio de seguridad, no de riesgo.
La inversión en profesionales de salud mental en las universidad es verdaderamente triste, un solo psicólogo para decenas de estudiantes, donde al tiempo de esperar una cita, ya el estudiante está en un sepelio, donde los seguimientos son paupérrimos. Y entonces, en medio del valle de oscuridad y sombras la única salida es dejar de respirar porque dejar de existir, ya muchos lo hacen.
La universidad es un camino complejo ya sea pública o privada, que llega a la vida de una persona en la etapa más compleja, es un camino de constantes sacrificios y confrontaciones de todo tipo… Pero y entonces ¿Desde una postura universitaria, que se hace para esta problemática?
Las caracterizaciones de la población, procesos de evaluación reales, para una intervención eficaz.
- Dejar a un lado el papeleo con palabrería, ir a la acción, buscar la práctica, existen muchos papeles con políticas de salud mental, que no se cumplen. La prevención y la promoción no se puede quedar en un post de redes sociales, en un formato archivado en las oficinas de las universidades, que solamente salen de los estantes cuando el ministerio de salud y de educación toca la puerta, si es que la toca.
- Reconocer la importancia del equipo psicológico en las esferas, y llevar a cabo una sensibilización fuerte en todos los contextos, no se puede llevar información y solución, sino no existe una conciencia plena de que existen una problemática.
- Hablar de suicidio, empezar de verdad a quemar los mitos y los estigmas, hablemos de suicidio, preguntemos sobre el y de lo que respecta, hasta desgastarlo y quitarle las fuerzas.
- Un abordaje integral, las áreas de nuestra vida, son directamente proposicional unas con otras, si una sube, la otra sube, si una disminuye, la otra también lo hace, no apostamos a la sanidad y salud como ausencia de problemas, apostamos a la sanidad y salud, como un equilibrio emocional y la búsqueda racional e ideal de soluciones en la presencia de problemas y dificultades.
- Activar factores protectores, y debilitar al factor de riesgo. ¿Qué hacemos, cuando sabemos que el estudiante está en una familia disfuncional? ¿Qué hacemos frente a los sistemas donde se rige el estudiante? La familia como factor protector principal, siempre. Teniendo claridad sobre sus redes de apoyo.
- Despojémonos de ataduras, sepamos que la psicología clínica es necesariamente en los contextos universitarios, hay que dar la atención y la intervención necesaria e ideal.
- La psicoeducación, que la ignorancia no nos siga ganando terrenos y cobrando vidas. Informémonos de las señales de alertas, que son verbales y no verbales, activemos rutas de atención apenas veamos que algo no anda bien, acudamos a las líneas de atención. Que los docentes, administrativos, incluso personal de aseo sean capacitados en primeros auxilios psicológicos y sepan activar un alerta. 125, Linea anti-suicidio Cartagena- CRUE, liena nacional 106, 24 horas al dia, Chat psicologico 55 6581111.
Que los valles de sombras y oscuridad, se conviertan en valles de luz, esperanza y aliento de vida, que la universidad y la juventud sean simbología del aliento de un futuro óptimo y de bienestar.