Columna de opinión escrita por: Jhon Jaime León Mena

Dinero manejado por las EPS, 65 billones, las cuales se quedan con la pulpa de la contratación en su red vertical de la cual son socios sus más allegados incluso las amantes de sus directivos. Las EPS tienen 30 años de venir siendo manejadas por las mismas familias son monárquicas. El dinero que ya perdimos los colombianos en manos de las EPS que se liquidaron corresponde a $ 27,5 billones y $ 5 billones recaen sobre las que están en proceso de liquidación, actualmente adeudan a la red prestadora que no han podido quebrar o que es socia de ellas por diferentes motivos la suma de $7,6 billones de los cuales el 55% o sea $ 4,1 billones es deuda de difícil cobro dadas sus estratagemas de devoluciones, objeciones y demás particularidades para no pagar.

El segundo derecho más tutelado en Colombia con el 24,47% del total es el derecho fundamental a la salud, se presentaron 146.436 tutelas el último año, según la Defensoría del Pueblo. En cuanto al número de quejas en la Supersalud estas superaron el millón en el 2022. Tutelas y quejas originadas en la dificultad para acceder a los servicios de salud, en la falta de oportunidad en los tratamientos vitales que ha ocasionado miles de muertes, en la continuidad de la prestación del servicio dejando los tratamientos a mitad del camino, en la coordinación de los actores del SGSSS, todo lo anterior afecta la seguridad disminuyendo la pertinencia y la eficacia en las terapias impartidas.

La ley 100 del 93 edificó un sistema incongruente, el de las EPS particulares, empresas libres en el mercado de la salud con derecho a sus ganancias. El estado liberándose de la administración y el aseguramiento cumpliendo roles disimiles como rector, modulador, prestador, dueño de EPS con funciones de inspección, vigilancia y control y a la orden de los intereses de pocos particulares ¿Cómo hacemos para conciliar la libre empresa con el infinito derecho fundamental e irrenunciable a la salud?

Aún siguen muriendo miles de personas niños, mujeres embarazadas, ancianos, negros, indios, grupos poblacionales dispersos en zonas de difícil acceso, pero sobre todo pobres que no tienen el poder adquisitivo suficiente para tener un Plan Complementario de Salud con la misma EPS que lo tiene afiliado, ganando ellas por lado y lado, a eso le llama la prensa estafeta de los grandes grupos económicos “ser empresario” empresarios con el dinero de todos los trabajadores. Nadie sabe cómo contratan ¿porque contratan con esta IPS? y ¿porque no con esta otra? las urgencias se las dejan a las ESEs que se quiebren las entidades públicas.

La mediana y alta complejidad todavía no son un derecho, las enfermedades huérfanas aun no tienen madre, las cirugías, las camas de hospitales siguen siendo escasas, el famoso paseo de la muerte continua, las EPS son las que autorizan, contratan, dan la orden, ponen las tarifas, le dan lo que le sobre a las IPS fuera de su círculo de interés, mientras sus clínicas están colapsadas por exceso de pacientes pero eso sí, siempre al día con su integración vertical.

La falta de eficiencia en nuestros gastos de salud nos restan la inmensa fortuna de vivir 4 años mas según la OCDE, todo lo anterior nos tiene con un gasto de bolsillo de acuerdo al BID de 15.36%. Ahora que tenemos la oportunidad de acabar con una intermediación que se queda con 6.7 billones de pesos, con una intermediación que nos limita la posibilidad de la libre escogencia ya que dicen como decía Henry Ford “el cliente puede escoger el auto del color que quiera siempre y cuando sea negro” con una intermediación que le impide la libre competencia a nuestras IPS a menos que el gerente de la EPS vaya de socio y se beneficie de los magros recursos de ellas. Ahora es el momento de apoyar lo que nos conviene a todos “vivir” a través de una reforma de la salud que aumentará nuestras expectativas de vida en 4 años.