Columna de opinión escrita por: Felipe Andres Martinez Plaza
Como si se tratara de una tragicomedia, Cartagena, la ciudad Heroica, lleva ya unos varios años sumergida en una trama político-administrativa que no permite a los ciudadanos diferenciar con claridad entre el bien y el mal. En esta pintoresca pero alarmante historia, el protagonismo lo han asumido personajes pícaros y singulares que por años han callado frente a las realidades tan absurdas que vivimos, pero de repente al son del ambiente electoral dicen tener la solución definitiva de todos los males que nos aquejan, cuándo han sido estos y sus secuaces quiénes nos han condenado al caos que experimentamos. De repente venden cómo villano a un viejo “Tractor”, averiado por cierto, que si bien es responsable de la desidia administrativa que vivimos no es el principal causante de esta y es aquí donde surge “El dilema heroico”; el gran dilema.
Tendremos los Cartageneros que decidir si dejar nuevamente el rumbo de la heroica en manos de aquellos que por años y con sevicia han puesto el erario público al servicio de los intereses de unos pocos, y que cómo resultado nos han alejado de ser una ciudad a la altura de las grandes ciudades del mundo y en su lugar nos han dejado preocupantes indices, hambre, pobreza,inseguridad, etc. o, por el contrario, dar nuestro voto de confianza a un proyecto alternativo, responsable, preparado, con verdadera visión de futuro, que logre sacarnos de ese anhelo desesperado de vivir día a día, cómo si no hubiese mañana, concentrados en la inmediatez de una realidad azarosa, producto de la falta de oportunidades.
Llegará el gran día y seremos los Cartageneros de a pie quienes tendremos que decidir si seguir bajo el yugo de la corrupción o construir de manera irrevocable un futuro más heroico que nuestra historia.