Columna de opinión escrita por: Raúl Muñoz.

Feliz viaje, nos desea Transcaribe en sus nuevos tickets. Viaje que, a decir verdad, de feliz no tiene nada.

La situación del SITM Transcaribe es compleja y en parte, un poco triste para los usuarios que toman este medio de transporte día a día que, a su vez, son los más afectados. Los cartageneros habían soñado con un sistema integrado de transporte masivo desde hace años, recordemos además que, desde la concepción de Transcaribe hasta la fecha de su inauguración en 2015, pasaron muchos años. No obstante, la felicidad trajo consigo varias desdichas.

Durante sus años de operación, Transcaribe se ha visto envuelto en varias ocasiones, en problemas que lo llevan a su inoperacia momentánea o incluso, a ofrecer sus servicios de manera gratuita. El problema que hoy nos convoca es, sin duda, el más reciente escándalo: “Transcaribe presenta problemas en su funcionamiento debido a presuntos incumplimientos financieros con Colcard”. Esta problemática trajo consigo el recorte imprevisto y por consiguiente, sorpresivo en las rutas que habitualmente prestaba el sistema y también, el NO uso de la tarjeta habitual y la compra de tickets. Lo que resulta un tanto ridículo o en el peor de los casos, en sus teorías más conspirativas, un ardid del sistema es que, el 2 de febrero, exactamente 26 días antes de que explotara toda este inconveniente se ponían a la venta 100.000 tarjetas Transcaribe para el uso cotidiano de los usuarios habituales del sistema. La avalancha de críticas y descontentos llegó cuando el martes 28 de Febrero de 2023, se anunciaran a las 6 de la tarde los cambios que tendría el sistema.

El miércoles primero de Marzo, se realizaron movilizaciones, bloqueos e incluso, algunas instituciones de educación superior, cancelaron sus clases, esto resume la disconformidad que siente el pueblo cartagenero ante esta situación y también, la problemática social que se crea, ya que los usuarios no se pueden movilizar como acostumbraban.

Actualmente vemos estaciones con usuarios estresados después de haber hecho largas filas para comprar sus “tickets” y lo que se escucha dentro de las filas, sin dudas, son insultos y molestias, lo que se traduce en un sinfín de sentimientos que hoy experimentan los cartageneros, las tres emociones más destacada son: rabia, incertidumbre y tristeza.

En esta columna ya hemos explicado los motivos de la cólera y el desasosiego se explica así, una de las poblaciones más efectuadas ha sido la juventud estudiantil que, además, a raíz de esta situación han agregado un nuevo término en su jerga juvenil “Transcaventura”. Aseguran que, cada vez que toman el transcaribe para ir a sus instituciones educativas ya sean de básica secundaria o instituciones superiores, se encuentran inmersos en un estado de desconcierto, porque no saben donde los llevará la ruta que antes tomaban para desplazarse de sus casas a sus establecimientos educativos.

En cuanto a la tristeza, podamos decir que, el cartagenero que recargaba diariamente sus pasajes, expresa tristeza porque sienten que, el SITM Transcaribe que una vez los movilizaba, hoy colapsa.

Creo que la alcaldía de Cartagena debería tomar cartas en el asunto, porque este es un tema que involucra a toda la ciudadanía.