Columna de opinión hecha por: Jhon Jaime León ‘El Altivista’

Desde años inmemorables en Colombia se ha naturalizado que los políticos son seres impolutos y perfectos, en su mayoría blancos de familias pudientes, este es el perfil tradicional “legitimo” que aún sigue vigente en el pensar de gran parte de nuestra población.

Hoy me cuestiono ese planteamiento; ¿porque a una persona que ejerza activismo social y político se le debe recriminar una foto sin suéter? ¿Por qué se le debe juzgar su jerga barrial? ¿Por qué se le debe juzgar por una foto con amigos en fiesta? ¿Por qué se le debe criticar su afinidad con la champeta en su máxima expresión ‘champetua’?.

Luego de hacerme una y otra vez esos interrogantes que al sol de hoy no me dejaban encontrar la tranquilidad suficiente para conciliar el sueño, leyendo e investigando sobre del ¿porque? el comportamiento y la creencia de que si un negro aspira a un cargo político, tiene que tener plata o un financiador en el mejor de los casos blanco “empresario” y que conozca cómo se mueve la politiquería económica “compra de votos”.

Leyendo el libro ‘SAPIENS DE ANIMALES A DIOSES DEL ESCRITOR YUVAL NOAH HARARI’, entendí del porque en Colombia en especial Cartagena de indias que de indias no tiene nada, se tiene el prejuicio de ver a los políticos como dioses, seres perfectos e intachables; resulta que luego de nuestra independencia hubo una colonización interna donde muchos grupos de personas blancas emigraron a la costa caribe con la intención de reeducar a quienes ya estábamos asentados en estas tierras. Esos grupos eran compuestos por personas blancas en su mayoría de raíces euroasiáticas. Trajeron con ellos ese pensamiento elitista, racista y excluyente de que para ser un gobernante tenías que ser blanco, de buena familia, tener dinero y una personalidad hipócrita y doble cara.

Donde tu vida sea perfecta en toda su expresión, una familia tradicional una mama un papa y unos hijos ejemplares donde nadie tuviera ningún tipo de altibajos porque las familias compuestas por políticos son intachables.

Hoy en pleno siglo XXI año 2022 aún seguimos observando este tipo de prejuicios e incluso peor aún llegando a tal nivel de exigirle más compromiso y gestión a un líder social, activista o comunal más que al Edil, Concejal o Alcalde que en su mayoría votaron por una retribución económica mas no por convicción o reconocimiento de alguna bandera de resistencia o lucha que represente esa persona.

Cuando en Cartagena dejemos de ver a los políticos como seres sociales imperfectos “con problemas de pareja, problemas emocionales, problemas familiares incluso problemas económicos entre otros” que tienen la obligación profesional de buscar soluciones para dignificar la vida de los ciudadanos ese día obtendremos grandes cambios estructurales en nuestra sociedad; el votar o apoyar a una persona en cualquier cargo de elección popular no te puede convertir en un caballo cochero.

Es más, te hace un veedor y polo a tierra para que esa persona no pierda el horizonte ni olvide del porque esta en dicho cargo. Muchos en Cartagena se vuelven esclavo del agradecimiento dejando nublar su criterio colectivo poniendo como prioridad el ‘yoyo’ primero yo y luego el resto, si se puede y si me da la gana, es el pensamiento de muchos “alternativos en Cartagena”.

La política en su máxima expresión no es más que la búsqueda de soluciones a las problemáticas que aquejan a una población que elige a unos representantes de manera democrática por medio de su voto, pero cuando dicha población carece de una educación política, responsabilidad social con su entorno. Sucede lo que hoy estamos viviendo con el actual presidente de Colombia GUSTAVO FRANCISCO PETRO URREGO, todos esperan que el señor presidente solucione todos los problemas de Colombia ciudad por ciudad, aún cuando cada ciudad tiene su gobernante con poder de ejecución y sus corporaciónes con sus respectivas facultades ya sean para condenar o proponer.

Si los que estamos en los territorios no asumimos nuestra responsabilidad como agentes de cambios, como personas capacitadas para ocupar un cargo de elección popular que a la larga para hacer una buena gestión se necesita un equipo integral con los conocimientos suficiente para saber cómo se trabaja en lo público; pero lo general se le exige al gobernante que sepa de todo incluso hasta astrología, cuando en realidad muchas de las problemáticas que hoy aquejan a Cartagena no han sido solucionadas no por falta de preparación académica si no por falta de voluntad política porque mucho interponen sus creencias, intereses personales, incluso sus gustos personales antes que el bien común de las mayorías empobrecidas que convivimos en la ciudad de Cartagena.

Para sacar a Cartagena adelante tenemos que ser conscientes de que solo el pueblo salva al pueblo, ya que en el pueblo es la raíz del cambio donde el votante esperanzado en la buena fe del político le da legitimidad con su voto y el político en respuesta del apoyo ciudadano tiene que ser responsable, coherente y consecuente con su discurso de defender los intereses de quienes lo eligieron. Donde cada quien coloque su granito de arena para devolverle la grandeza a nuestra hermosa Cartagena kalamary.